Ventana: “El elemento constructivo que sirve, de una forma funcional y estética, para cerrar un hueco, protegiendo el espacio interior del ruido, frío y calor, siendo impermeable, firme, segura e indeformable, duradera, fácil de limpiar y mantener, resistente a los agentes atmosféricos y a la corrosión química”.
En artículos anteriores hemos hablado de la importancia que tiene el aislamiento térmico, la climatología, la orientación de cada hueco y el vidrio a la hora de elegir el sistema correcto para “la piel” de nuestro hogar.
Además, las ventanas han de facilitar la renovación del aire interior y permitir la entrada de la iluminación natural, consiguiendo una sensación agradable de confort y protección, ya que deben aportar seguridad frente a la intrusión y de cara a las personas que habitan la casa, ¿vivo en una planta baja o en una unifamiliar?, ¿hay niños pequeños?, etc.
La apertura de la ventana también es un factor a considerar. ¿Tenemos poco espacio en la habitación?, ¿se puede limpiar desde el exterior?, ¿qué uso va a tener la ventana y quién la va a utilizar?, ¿cómo me gustaría que fuera?, etc.
En función del tipo de apertura, se pueden distinguir tres tipos básicos de ventana:
Apertura hacia el interior: Facilita la limpieza del cristal desde el interior de la vivienda, pero se necesita un espacio libre en el interior. Con el sistema oscilo-batiente se puede dejar la ventana en posición basculante para ventilar y abrirla totalmente para su limpieza. |
||
Apertura hacia el exterior: No quita espacio interior, pero hay que limpiarla desde el exterior. Se pueden hacer pivotantes, de forma que la mitad de la ventana abre al interior y la otra al exterior, facilitando el acceso al vidrio. |
||
Apertura corredera: Permite hacer cerramientos de grandes dimensiones y muy luminosos no quitando espacio al abrir, la limpieza es desde el exterior o desmontando las hojas, lo que puede ser complejo. Combinando aperturas correderas en esquina se pueden obtener grandes espacios abiertos. |
En el diseño de nuestra casa es importante poder elegir el color que queramos. Las ventanas forman parte de la estética del hogar y algunos materiales, como el aluminio con RPT, permiten optar a una amplia gama de acabados. Además, se puede hacer la parte exterior de un color y la interior de otro, manteniendo la estética común en la fachada y personalizando cada estancia.
El material de la ventana es otro de los elementos a tener en cuenta. Tiene que cumplir con los requisitos de aislamiento y estética requeridos, además de ser duraderos y fáciles de mantener. Principalmente se puede elegir entre las siguientes opciones:
- PVC, que al ser un material plástico es buen aislante, pero necesita refuerzos metálicos en el interior de los perfiles para compensar su baja resistencia.
- MADERA, que también es un buen aislante. Aunque existen distintas calidades, para su correcto mantenimiento es necesario pintarlas/barnizarlas frecuentemente.
- Carpinterías MIXTAS ALUMINIO-MADERA, en las que el perfil de aluminio está colocado en el exterior del cerramiento y es el que soporta las inclemencias del tiempo, mientras que el perfil de madera está en el interior de la vivienda, aportando la estética propia de este material.
- ALUMINIO, que es un material que permite, por su ductilidad y resistencia, diseñar una gran variedad de soluciones en múltiples de acabados. Con los sistemas con ROTURA DE PUENTE TÉRMICO (RPT) se consiguen excelentes valores de aislamiento y perfiles BICOLOR, es decir, distinto color en el exterior y el interior de la ventana. Prácticamente no requieren mantenimiento y su vida es similar a la del edificio, por lo que son ventanas para toda la vida.
A continuación presentamos un cuadro resumen: