Sostenibilidad


Cada día crece más el compromiso de los fabricantes en la búsqueda de soluciones sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. Por ello, en Itesal, el 80% del perfil de aluminio que fabrica es a partir de materia prima reciclada. La sostenibilidad y el reciclaje de las materias primas ha sido siempre, una de nuestras prioridades. El aluminio puede ser reciclado continuamente sin perder sus propiedades originales, circunstancia que no ocurre con otros materiales.

 EL ALUMINIO PUEDE SER 100% RECICLADO SIN PERDER SUS CUALIDADES

Desde hace muchos años, como consecuencia de la globalización, cambio económico y prácticas irregulares, se ha hecho una explotación inconsciente de los recursos naturales. Son muchas las voces expertas que advierten de los problemas que pueden surgir en un futuro: desde el agotamiento de estos recursos hasta consecuencias medioambientales. Es por ello que Itesal conoce estos avisos e implementa medidas y soluciones. Los sistemas de aluminio que fabricamos, se han producido con casi el 80% de materia prima reciclada, lo que supone una reducción del impacto en el medio ambiente (tengamos en cuenta que la electricidad consumida en fabricar una tonelada de aluminio reciclado es 95 veces menor que la empleada en hacerlo sin reciclar).

 

 

 

 


El aluminio es un material duradero, resistente y que cuenta con una cantidad muy elevada de aplicaciones. Su ciclo de vida es infinito, cualidad que lo hace sostenible. Itesal trabaja para proteger el medio ambiente mediante la reutilización de los recursos y materias primas que se utilizan para fabricar los perfiles y sistemas de aluminio.

DESDE 1886 SE HAN PRODUCIDO UN BILLÓN DE TONELADAS Y UN 75% AÚN SIGUE EN USO A DÍA DE HOY.

En conclusión, el ciclo de vida circular supone grandes ayudas al medio ambiente. El aluminio y el concreto, Itesal, apuestan por el compromiso con la sostenibilidad.

Gracias al etiquetado ecológico, siguiendo las normas internacionales ISO, se ha elaborado la DAP (Declaración Ambiental de Producto), un etiquetado que tiene en cuenta numerosas variables e información ambiental como el consumo de agua, la energía, las emisiones de gases de efecto invernadero…

Itesal seguirá trabajando para impulsar nuevas medidas a favor del reciclaje y para aumentar la sostenibilidad en sus procesos de producción.


Dadas las características del aluminio y su capacidad de ser usado en fundición, moldeado, extrusión, laminación o trefilado, hace que este noble metal sea empleado en multitud de aplicaciones de la vida moderna.

Parece inimaginable que desde un diminuto cable de unos auriculares de los que usamos a diario, hasta las complejas estructuras estancas de la estación espacial internacional, pasando por cualquier equipo electrónico de nuestro alrededor o el interruptor de la luz de la habitación en la que estás, sean o tengan parte de aluminio. Y eso no es lo realmente sorprendente, sino que todas las cosas que vamos a enumerar pueden terminar intercambiando sus funciones mediante el sistema de reciclado del aluminio y su versatilidad.

Ningún otro material de construcción es capaz de obrar el milagro de que un coche termine siendo una ventana, unas latas, pasen a ser una puerta, o que unas antiguas ventanas terminen siendo el revestimiento de una fachada. Todo está interconectado y lo que hoy fue aluminio fundido, dando forma a una pieza industrial o de un coche, se transformará en un “tocho” de extrusión para producir perfiles para la difusión de calor en un equipo electrónico y lo más maravilloso de este proceso cuasi infinito, es que nunca el aluminio pierde sus calidades y características como metal, en un proceso que apenas gasta un 5% de energía del que precisaría la extracción de alúmina a través de la Bauxita, manteniendo así un equilibrio sostenible con el medio ambiente.


El proceso del reciclaje del aluminio ha llegado ya hasta los hogares, donde se ha comenzado en los últimos años a sumar una cantidad de materiales desechables de aluminio como latas de bebidas, el papel de aluminio, o los bricks contenedores de diferentes productos de consumo doméstico, que tras un exhaustivo sistema de proceso, recuperan su parte de aluminio y este es vuelto a introducir en la cadena del aluminio.

El recuperador (empresa encargada de la recuperación del aluminio en distintos soportes procedentes de la sociedad) se encarga de seleccionarlo, separarlo de otros materiales para que una vez limpio sea reducido a bloques de chatarra que pasarán al fundidor o refinador que lo convertirá en lingotes, tochos o laminados, listos para su vuelta al proceso de diferentes industrias.

De esta forma el aluminio mantiene un equilibrio sostenible con la sociedad a la que sirve, no generando residuos y haciendo buena la máxima de las tres “ERRES”, Reducir, Reutilizar y Reciclar.

 

 


Es uno de los procesos más antiguos de reciclado que comenzó a principios del siglo XX

Y que desde entonces no ha parado de crecer año tras año.

En contra de la tendencia habitual en la que se nos antoja el reciclaje como algo moderno y propio de estos últimos años, motivado por la tendencia conservacionista que cada vez nos lleva a tener una mayor conciencia medioambiental, el reciclaje del aluminio es un proceso de recuperación muy antiguo, de hecho fue muy usado en la Segunda Guerra Mundial, aunque fue a partir de los años sesenta cuando se vió necesario dar un reciclaje sencillo para todo el volumen de aluminio usado de manera tan masiva y popular, que va desde las latas de refresco a los usos en arquitectura e industria. En este sentido el aluminio solo ofrece ventajas, pues no solo es muy sencillo de reciclar, no hay más que fundirlo, sino que este proceso es simple en comparación a la extracción del mismo desde el mineral de Bauxita y por si fuera poco, encima es más barato, un 5% de la energía empleada en el sistema mineral es necesaria para obtener aluminio reciclado. Y otra gran ventaja es que no pierde en este proceso ninguna cualidad de la originarias, es lo que tiene ser un elemento de la tabla periódica.

Es bueno recordar que para que se reciclen otros materiales como el plástico (PVC y derivados del petróleo en general) han de ser subvencionados e incentivados por los estados con campañas de publicidad para que su recogida sea real, con el aluminio no, este no necesita subvención alguna, pues su cadena de reciclaje es natural y crea empleo y riqueza en contra de otros materiales que nadie quiere reciclar.

 


El proceso es muy sencillo técnicamente.

1º Se recopilan grandes cantidades de aluminio procedente de viejas ventanas y puertas

2º Se limpia el material de residuos de otros metales con un electroimanes, procesos físicos y químicos

3º Se trocea para minimizar el volumen y facilitar su uso por la maquinaria

4º Se funden en un alto horno a más de 750º para conseguir una colada limpia

5º Una vez fundidos se les da la forma de cilindros (tocho) para su extrusión.

La tasa de recogida para el aluminio en el sector de la construcción es la más alta de todos los sectores y oscila entre el 92 y el 98%. Le siguen el transporte/sector automoción (95%) y el embalaje (50%).

Pero ahí no termina la vida del aluminio, pues puede fundirse y reciclarse una y otra vez eternamente creando riqueza y bienestar en cada una de sus interminables vidas.

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